"Estira la boca. Hazte el favor. Contrae los mofletes, estruja el
mentón, afila tus labios. Achina esos ojos. Presume de arrugas. No, con
la mano no vale. Tiene que ser con la intención. Estira tu boca.
Estírala ahora. Porque sí, porque tú lo vales, porque hoy es hoy. ¿Ya
está? ¿Aún no?
Que te digo que estires la boca. De verdad que sí. Acerca las
comisuras con suavidad hacia tus oídos, esos por los que de tanto en
tanto se cuela mi voz, frecuencia que deja cada vez más secretos de
confesión. Mira, ahí va otro.
Estira la boca. Y no me vengas con que te faltan motivos. Que si
algún día no los encuentras, no te preocupes que los buscamos los dos.
Además, cualquiera diría. Seguro que harás cosas muchísimo más absurdas
todos los días por gente a la que ni siquiera conoces y que encima te da
igual. Digo yo. Y sin exigir motivos a cambio. Por qué me los pides a
mí. Eh. Por qué.
Estira la boca. Que sí, que dicen que es contagioso. Que ya verás.
Empapa tu entorno. Inicia tú la epidemia con tan deliciosa infección.
Que nos pille a todos sin vacunas. Que nadie encuentre remedio, que ni
siquiera lo empiece a buscar. Huyan despavoridos los envidiosos que
algún día se atrevieron a hacerte llorar. Vuelvan a sus cavernas de
rabia aquellos que hicieron de tu tristeza su trofeo, su triunfo y su
vergonzosa conquista. Que hoy tú vas a estirar la boca. Y con ella
aplastas y aplastarás. Hoy pierden todos ellos. Porque hoy ganas tú.
Estira la boca. Estírala ya. Pero hazlo por ambos lados. Porque estirar
la boca a medias es dejar de lado la otra mitad. Abandonar la sección
que quedó en la sombra por culpa de tanto traspaso emocional. Montar un
fiestón con la mitad de los invitados. Y obligar a la otra mitad,
simplemente, a mirar. Estirar la boca a medias no está bien, porque el
aire se te acaba yendo por el lado al que no le está permitido ni
emocionarse ni emocionar.
Por un momento, atrévete a estirar la boca. Puede que después de
hacerlo continúes exactamente igual que hasta ahora y hayas perdido el
tiempo poniendo en práctica una sencilla expresión facial.
O también puede que un día estires tu boca y de repente empiece a levantarse todo lo demás.”

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